Posted: 3/14/2016
Las preocupaciones clave son la obesidad y la alta presión sanguínea
El embarazo y el parto son experiencias felices para la mayoría de las mujeres, pero para unas cuantas, acarrean un riesgo inesperado de derrame cerebral.
Aunque la posibilidad de que ocurra un derrame cerebral relacionado al embarazo es poco común y los números son relativamente bajos comparados con la población en general, ha habido un aumento de reportes de derrame cerebral en las mujeres embarazadas y en quienes han acabado de dar a luz.
“Algunos riesgos importantes para el aumento de derrames cerebrales en una población más joven, y en particular en las mujeres embarazadas, incluyen índices más altos de obesidad, diabetes y alta presión sanguínea. Todos estos son factores de riesgo para que ocurran derrames cerebrales y ataques al corazón en general, y son riesgos que pueden atenderse o controlarse”, dice Alejandro Magadan, MD, Director Médico del Programa de Derrames Cerebrales en Parkland y Profesor Asistente de Neurología y Neuroterapia en el Centro Médico Southwestern de la Universidad de Texas.
En 2015, la Asociación Americana del Corazón y el Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de los Estados Unidos recomendó un tratamiento intensivo de la alta presión sanguínea en el embarazo, ejercicio moderado durante el embarazo y una alimentación sana.
Aunque estos tipos de derrames cerebrales son poco comunes, un estudio reciente en la publicación Obstetrics & Gynecology reportó un aumento del 61.5 por ciento de derrames cerebrales relacionados al embarazo desde mediados de los años 1990 hasta 2011. Los investigadores también observaron un aumento del 103 por ciento en el índice de derrames cerebrales para mujeres entre 15 y 44 años de edad que tenían alta presión sanguínea durante el embarazo o trastornos relacionados a la hipertensión, como pre-eclampsia y eclampsia, que son condiciones en las que una mujer embarazada desarrolla alta presión sanguínea y proteína en la orina, una señal de posibles problemas del riñón. En su forma más grave, eclampsia puede ocasionar la pérdida del conocimiento y ataques epilépticos.
Según el estudio, que analizó datos de casi 82 millones de hospitalizaciones de mujeres embarazadas, se registraron 31,000 hospitalizaciones por derrame cerebral durante un período de 17 años.
“Es muy importante que si usted tiene factores de riesgo para un derrame cerebral, como alta presión sanguínea, obesidad o falta de ejercicio físico, hable con el doctor sobre esos riesgos e implemente planes para controlarlos. Son problemas relativamente sencillos de controlar en su etapa inicial, antes de tener un derrame cerebral, que es potencialmente un suceso devastador y que cambia la vida”, dijo el Dr. Magadan. “Especialmente las mujeres embarazadas deben consultar y seguir las recomendaciones de su doctor en cuanto a medicamentos, como los que son para controlar la presión sanguínea y, tal vez más importante, deben implementar regímenes de ejercicio y alimentación saludable.”
Uno de los derrames cerebrales relacionados al embarazo más común es la trombosis de las venas en el cerebro, o sea la coagulación de la sangre en las venas del cerebro. Generalmente se cree que los cambios hormonales que ocurren al final del embarazo o dentro de las primeras seis semanas del período de posparto, llevan a un mayor índice de coagulación en las venas. Pero todos estos trastornos son relativamente inusuales.
Cerca del 10 por ciento de los derrames cerebrales relacionados al embarazo ocurren antes del parto, mientras que cerca del 40 por ciento ocurre durante el parto; el otro 50 por ciento ocurre dentro de las seis semanas después del nacimiento del bebé. Los síntomas más comunes del derrame cerebral son la caída facial, debilidad de brazos y dificultad al hablar debido a un vaso sanguíneo bloqueado. Los síntomas también pueden incluir un dolor de cabeza repentino, fuerte y persistente, sensibilidad a la luz y confusión. Es importante buscar atención médica urgente si tiene alguno de estos síntomas.