Posted: 6/6/2022
Camp I-Thonka-Chi celebra su aniversario número 31
Durante más de tres décadas, los niños con lesiones por quemaduras se han reunido la primera semana de junio para realizar un amplio abanico de actividades en un espacio libre de miradas indiscretas y preguntas, un refugio donde los niños pueden ser simplemente niños. Este es el primer año desde 2019 que el querido Burn Camp de Parkland Health se ofrece de forma presencial, por motivo de la pandemia por la COVID-19.
En 2020 y 2021, como medida de precaución, Camp I-Thonka-Chi (que en idioma choctaw significa “un lugar que nos hace fuertes y valientes, donde no tenemos miedo de enfrentar la vida”) se llevó a cabo en línea para reducir el riesgo de exposición al virus que causa la COVID-19.
“Estamos muy contentos de volver este año, señala Donna Crump, directora de fisioterapia de Parkland y cofundadora y directora de Camp I-Thonka-Chi. Aunque pudimos realizar el evento de forma virtual, no es lo mismo que ver a todos en persona y oír la algarabía y la risa de los niños”.
Organizado en el Camp John Marc cerca de Meridian, Texas, el Parkland Burn Camp está celebrando su 31.º aniversario. Se espera que más de 24 campistas asistan al campamento de este año que se extenderá desde el domingo 5 hasta el viernes 10 de junio. Camp I-Thonka-Chi, a diferencia de otros programas de caridad, no está financiado por ninguna organización nacional. Los niños de 6 a 18 años pueden asistir de forma gratuita gracias a las generosas donaciones de los empleados de Parkland y de donantes locales. Camp John Marc también ayuda con la recaudación de fondos para que más niños puedan asistir. Durante este evento de una semana, los asistentes forjan amistades, mejoran sus habilidades sociales y simplemente se divierten sin recordar sus cicatrices o lesiones.
Entre los participantes de este año se encuentra Nickolas Scott, un adolescente de 16 años oriundo de Decatur.
El 19 de junio de 2018 comenzó como cualquier otro día de verano para Felicia Scott y su hijo Nickolas, que entonces tenía 12 años. Pero esa tarde, Felicia recibió una llamada que cambiaría para siempre la vida de ambos. “Estaba trabajando cuando recibí una llamada en la que me informaron que Nick se había quemado y que lo estaban trasladando a Parkland”, dice Felicia sobre ese fatídico momento.
Sin saber el estado de su hijo ni las circunstancias del accidente, Felicia salió disparada de su oficina en Bridgeport al Centro Regional de Quemaduras de Parkland Memorial Hospital. Ahí fue donde se enteró de que el estado de su hijo era crítico con quemaduras en más del 60 % del cuerpo.
Pasó un tiempo hasta que Felicia supo que su hijo había estado jugando con un encendedor cuando volcó sin querer una botella abierta de alcohol desinfectante, y los vapores entraron en contacto con la llama. El alcohol isopropílico, conocido comúnmente como alcohol desinfectante o de fricción, es extremadamente inflamable y puede prenderse fuego con facilidad, según la Asociación Nacional de Protección contra Incendios (NFPA). En consecuencia,
Nickolas sufrió quemaduras de segundo y tercer grado en la mandíbula, cuello, pecho, brazos, manos, muslos y nalgas; pasó más de dos meses en el centro de quemados y, luego, recibió atención ambulatoria y fisioterapia, y fue sometido a diversos procedimientos durante ese año.
Nickolas, según dijo su madre hace poco, ha hecho grandes progresos desde aquel día hace cuatro años. “Ya no parece molesto por sus quemaduras y se siente a gusto con su propia piel, asegura Felicia. Ahora bromea más seguido y trabaja en un restaurante de comida rápida”.
Felicia agrega: “Tiene ganas de ir al campamento para encontrarse con sus compañeros y con algunos de sus terapeutas y demás profesionales que lo atendieron”.
Para obtener más información sobre Camp I-Thonka-Chi o para hacer una donación, visite Parkland Burn Camp. Para obtener más información sobre los servicios disponibles en Parkland, visite www.parklandhealth.org